“Raro es una palabra que me estuvo persiguiendo desde siempre, hasta que la dejé alcanzarme y la invité sentarse aquí a mi lado” me dijo Mauricio Riveros cuando le pregunté por qué llamarle así a un disco. Me hizo sentido porque no se trata de un artista común y más que raro a mi Riveros me parece inquieto, eso es lo que lo hace tan inusual en un mundo en que todo está normado, más no en su universo creado al costado de los convencionalismos, ostracismos y algunos más “ismos”.
Por Jaime García V.
Para Revista Vozes
La canción que abre este mini disco de rarezas es el clásico sudamericano “Ojos azules”, ¿No fue algo arriesgado considerando la infinidad de versiones que existen ya de esa canción?
Claro que sí, y quise grabarla porque es una canción que me intriga desde siempre, sin embargo no la entendí de esta manera hasta que estuve pasando por algo muy parecido a lo que dice su letra, no necesité escribir una canción porque ya existía esta, entonces mi tarea ahora sería sentirla. Me encontraba en Perú, en un momento sonó de fondo como parte del paisaje y sentí que yo podría haber escrito ese texto. Leí mucho de ella antes de grabarla y sé que existe una pugna importante sobre su autoría, la que creo que no puede echar sombra sobre la belleza de la canción. También dejé aparte el hecho de que está infinitamente versionada y me propuse interpretarla como si fuera mía, sentirla como si estuviera contando mi historia y por eso creo que resultó así. Varias personas me han dicho que la perciben como si fuera original de mi repertorio y sé que eso es algo difícil de lograr con una pieza tan popular.
Sí, yo también creo que encajó entre el resto de tus canciones, pero ¿No temes a la crítica de los puristas?
A mí esa mala costumbre de criticar por criticar siempre me ha dado lo mismo, sobre todo en esta época en que se entiende todo a la rápida. Creo que el mundo siempre se ha divido entre los que hacemos y los que observan cómo lo hacemos. De todos modos, hasta ahora no he tenido un enfrentamiento ni con los puristas, ni los nacionalistas, creo que se ha entendido bien porque está hecha desde el respeto. Para mí ha sido una enorme satisfacción grabar y sumar a mis directos esa hermosa canción. Soy respetuoso y hay mucho que prefiero mirar desde afuera, jamás me disfrazaría de altiplánico por moda porque las culturas siempre son más profundas que su sola estética
Antes de lanzar este trabajo lo definiste como “Tres canciones / tres abrazos”, ¿sientes que se alcanzaron a entregar?
Cuando las canciones tienen honestidad siempre pueden abrazar. La idea de hacer “Raro” estaba en el tintero, pero se apresuró con el terremoto del 19 de septiembre en México, algo que yo viví estando en Chile pero con mucha preocupación e informándome 24/7 porque en México vive gente que quiero. Al no poder estar allí para cantarles en directo quise grabar lo más natural posible para que me sintieran cerca cuando le dieran play a la canción y se pusieran sus audífonos. La versión acústica de ‘Una taza de café’ es eso; es una canción que abraza y‘Wicked little town’ de Hedwig tiene todo que ver con eso; me gusta el mensaje ese de tomar los trozos rotos de tu mundo y crear algo nuevo y bello. Es un abrazo que puedes volver a tener en cada play.
¿Hedwig tiene cercanía con este universo que vas creando?, lo digo porque no es primera vez que hay un guiño a ella en tus trabajos.
Qué lindo es que lo notes, y sí. Desde que se estrenó Hedwig me ha fascinado, me identifiqué con la película porque creo que es como yo, es real porque es imperfecta y en su camino se fue haciendo más artista con cada tropiezo, hasta que encuentra a Tommy Gnosis, aquel chico que le inspira pero luego le roba bastante más que el sueño, una historia muy parecida a la mía, entonces la grabé en una versión muy íntima de una de las canciones de la película, que se emparenta con ‘El desastre’ de mi primer disco y encajó como el tercer abrazo de este mini disco.
Regresaste con un nuevo espectáculo a Chile, ¿cómo estuvo eso?
Si, fue un solo show para el que monté una banda de chicas geniales que tocaron las canciones, todas ellas son brillantes en su respectivo instrumento y nuestras energías hicieron una resultado muy bonito, porque no había egos, todo fue en función de las canciones. Esa noche me reencontré con el público que me sigue desde siempre y que creo ha sido el show más emocionante que he ofrecido en Chile en toda mi carrera solista.
Y ahora está la gira con Alan Boguslavsky, la que ya despertó entusiasmo por verlos en tierras aztecas. ¿Qué podemos esperar de ese tour?
La verdad es que no tenía pensado salir otra vez de gira. El año pasado fue de muchos viajes y conciertos, también regresé a estudiar Literatura, por lo que me estaba dedicando a ser más escritor, pero de pronto con Alan se nos ocurrió volver a actuar juntos y siempre ha sido un placer trabajar y compartir escenario con él, porque es uno de los mejores amigos me ha dado la música. El solo anunciarlo fue un copo de nieve que ha ido creciendo mientas pasan los días, porque mi relación con México tiene historia y carne desde hace años y se ha mantenido porque uno cosecha lo que siembra, y yo he ido cosechando cariño en estas tierras. La gira será especial. Nos han llamado de varios lugares y en algún momento fueron los propios fans los que nos están llevando a sus ciudades dándole forma a nuestro calendario.
Y para después ¿habrá libro, disco o algún otro proyecto?
Siempre me he sentido como un mago con espacio para un conejo nuevo, un mago que tiene muchos sombreros.
No me esperaba menos. Muchas gracias Mauricio, estaremos atentos a estos conciertos.
Muchas gracias Jaime.